Entrevistas realizadas a los Consejeros de la AIR

En el marco de la celebración de los 50 años de la instalación de la oficina de la Asociación Internacional de Radiodifusión (AIR) en Montevideo, líderes y representantes de los medios de comunicación de América Latina han puesto de manifiesto la creciente preocupación por la libertad de expresión en la región, la cual enfrenta constantes amenazas y nuevas modalidades de atropello. Uruguay, considerado la «cuna de la democracia» y un «faro» para la libertad de expresión, fue el escenario de importantes debates sobre el estado actual y futuro del periodismo y la radiodifusión.


Un Panorama Regional Complejo y Amenazante
La realidad de la libertad de expresión en el continente latinoamericano es observada con preocupación. Las amenazas persisten, con agresiones constantes a periodistas y medios de comunicación, una situación que se agrava con el discurso de odio en redes sociales. La aparición de una «nueva clase de gobernantes» que no acepta la crítica ha llevado a una persecución periodística sin precedentes, incluso con asesinatos de periodistas. A esto se suma la amenaza del narcotráfico, que impide el periodismo investigativo sobre este flagelo. Eugenio Sosa Mendoza, presidente de ATA, describe la situación como un «mundo de amenazas».


Casos específicos ilustran esta realidad:
En Nicaragua , se vive un «atentado constante» contra la libertad de expresión, donde personas han tenido que emigrar, y se les ha retirado la nacionalidad por el simple hecho de informar a la población desde el exilio.
México y Colombia son señalados como países con situaciones críticas y «amenazas constantes» para los medios.
En Costa Rica, un país reconocido por su democracia, el presidente ha dado un plazo para quitar frecuencias de radio y televisión y subastarlas , lo que pone en peligro años de radiodifusión. Aunque Costa Rica ha apostado a la salud y educación en lugar de contar con un ejército, lo que ha llevado a que tenga una democracia sólida donde los medios son valorados, existe la tendencia de gobiernos populistas de querer controlar el contenido de los medios abiertos.
En El Salvador, aunque no se reportan periodistas perseguidos directamente por el gobierno ni medios amenazados, existe una «autocensura generalizada» debido a ataques frontales a la delincuencia y la estigmatización de periodistas en redes sociales, lo que ha forzado a muchos a salir del país. No obstante, el Ing. José Luis Saca, presidente de ASDER, afirma que en El Salvador se cuenta con un marco jurídico que funciona muy bien, un ente regulador eficaz y plena libertad de expresión, recibida libre y gratuitamente por las audiencias. Esta dualidad de percepciones sobre la libertad de expresión en El Salvador muestra la complejidad de la situación.
En Argentina , existe una «tensión natural» entre gobiernos y medios, donde estos últimos cumplen un rol de observador y marcador de pautas en la sociedad civil. Se subraya la importancia de acostumbrarse a esta dinámica, siempre que se respete la opinión del periodismo y se pueda trabajar con libertad.
Brasil cuenta con una radiodifusión «muy fuerte», ética y responsable, siendo la segunda asociación más grande del mundo en su tipo.


El Desafío de las Plataformas Digitales y la Competencia Asimétrica
Una de las mayores preocupaciones actuales es la asimetría regulatoria frente a las plataformas y redes sociales, que compiten con la radiodifusión de manera «extremadamente negativa». A diferencia de la radio y la televisión, estas plataformas no pagan impuestos ni se le exige responsabilidad editorial por los contenidos que difunden. Los medios tradicionales, en cambio, invierten en la veracidad y calidad de la información, ofreciendo un valor agregado y una cercanía con la gente, la cultura y el entretenimiento que las redes sociales a menudo no pueden entregar.
Desde Argentina, se enfatiza la necesidad de competir con «normas equitativas» y «reglas comunes» para todos los actores, señalando la «cancha desnivelada» actual. A pesar del avance tecnológico, la gente sigue buscando la fuente confiable, acudiendo a los medios tradicionales de radio y televisión para informarse en eventos trascendentes, precisamente porque están «exentos de especulaciones» y ajenos a las «fake news». Los medios tradicionales están adaptándose al mundo digital, siendo la radio en Brasil un ejemplo de creatividad en la absorción de nuevas tecnologías.


El Rol Crucial de la AIR en la Defensa de la Libertad de Expresión
La AIR es reconocida como la «casa de la defensa» y el «paraguas de la libertad de expresión y la democracia» en la región, así como de la defensa de los medios libres, privados e independientes. Su principal herramienta son los comunicados y declaraciones que circulan a través de sus 17,000 estaciones de radio y televisión asociadas. La organización denuncia constantemente los atropellos y elabora informes sobre los atentados contra la libertad de expresión. Como institución consultora de las Naciones Unidas, envía todos sus comunicados a los organismos correspondientes.
La AIR monitorea de cerca a los gobiernos, especialmente a aquellos de corte populista, que buscan limitar el acceso y promulgar leyes para controlar el contenido de los medios, ya que ven a la radio y la televisión abiertas como una amenaza a su poder. La radio y la televisión abiertas son un «pilar de las democracias» , permitiendo a la población, especialmente a la más vulnerable sin acceso a internet o cable, formarse una opinión sobre la realidad, de manera gratuita. Es precisamente por su alcance e influencia que los gobiernos intentan controlarlos, considerándolos un elemento que integra el cálculo político electoral.
Ana María Urrutia, presidenta del Comité Permanente para la Libertad de Expresión de la AIR desde 2004 y la primera mujer en ocupar este cargo, destaca la importancia del trabajo continuo en la defensa de este derecho. Uruguay ha jugado un rol fundamental para la AIR, siendo la sede de su oficina central por 50 años y contando con fundadores y directores generales uruguayos, lo que honra al país como un actor neutral en la diplomacia y la democracia.
En resumen, la libertad de expresión y la democracia son «almas gemelas», nacen y se desarrollan juntas, pero también mueren juntas: «donde hay democracias fuertes sin duda hay una libertad de expresión fuerte también» . La lucha por este derecho fundamental es constante y la AIR, junto a los medios de comunicación, sigue siendo un bastión esencial para mantener informada a la población y proteger los valores democráticos en América Latina.